Belgrano, mucho mas alla de la creacion de bandera Bandera !!



Manuel Belgrano, primer abanderado a quien Mitre define con acierto como “el prócer por excelencia”, es el padre fundador de nuestra economía, el primero que soñó estas tierras productivas, prósperas y justas. Proponía subvencionar las artesanías e industrias locales, combatir los grandes monopolios, impedir la importación de mercaderías que perjudicaran nuestras manufacturas y alentar un sólido mercado interno para lograr una equitativa distribución de la riqueza. Quería una reforma agraria que expropiara tierras baldías para entregarlas a los desposeídos “para que puedan entrar al orden de sociedad los que ahora casi se avergüenzan de presentarse a sus conciudadanos por su desnudez y miseria, y esto lo hemos de conseguir si se les dan propiedades”. Un pensamiento simple y sabio, avanzado para la época, pero de una actualidad que admira y a la vez entristece, porque doscientos años después los problemas señalados por nuestro primer economista siguen esperando ser atendidos y resueltos [Felipe Pigna].
Un pensamiento económico e industrial que el prestigioso prócer sabía combinar, mediante su extraordinaria sensibilidad, con el “pathos” religioso del interior del país, que acusaba a los porteños de iconoclastas, herejes y ateos. Posteriormente, en carta a San Martín de 1814, el creador de la bandera aconsejaba: “Son muy respetables las preocupaciones de los pueblos, y mucho más aquellas que se apoyan, por poco que sea, en cosa que huela a religión. [...] La guerra no la ha de hacer usted allí [en el interior] con las armas, sino con la opinión, afianzándose siempre ésta en las virtudes morales cristianas y religiosas. [...] Acuérdese usted que es un general cristiano, apostólico romano; cele usted de que en nada, ni aún en las conversaciones más triviales, se falte el respeto en cuanto diga nuestra santa religión; tenga presente no sólo a los generales del pueblo de Israel sino a los gentiles, y al gran Julio César que jamás dejó de invocar a los dioses inmortales”.
Alberdi reconocerá en el gran patriota a un padrino, y dedicará numerosas páginas a defender ante la historia la figura de Belgrano. Esta defensa lo llevará a polemizar con Mitre y a ganarse la enemistad de Sarmiento: “Si Mitre se ha parado sobre la estatua de Belgrano para hacerse visible, Sarmiento se para encima de Mitre, o sobre los dos, con la misma mira -expresará-, y para recomendarse a sí mismos, sus hechos, su época, rebajan a Belgrano, lo presentan como su inferior, por el lado de sus pretendidos defectos. En lugar de elevarse a las virtudes de Belgrano, imitando su modestia, rebajan al héroe a su nivel de ellos, critican sus faltas, publican sus procesos, hablan de sus flaquezas y defectos, para mostrarse ellos superiores en saber militar, en política, en energía de hombres de estado”.
Alejandro PandraFragmento de Origen y destino de la patria

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