NESTOR VIVE!!

Entrevista con el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, desde el recuerdo de Néstor. Su trabajo para la paz entre Colombia y Venezuela, la muerte de Mariano Ferreyra, y los intentos para diferenciarlo de Cristina.
APU: Queríamos comenzar preguntandote por el rol de Néstor en UNASUR, sobre todo en el conflicto entre Colombia y Venezuela.
Juan Manuel Abal Medina: Fue una demostración exacta de lo que era Néstor. Me acuerdo que la por entonces representante de la CAF en Argentina, María Ángela Holguín, me vino a ver. Ya habían sido las elecciones, había ganado Santos, y que Santos le había propuesto a ella que fuera su Canciller. Y que en ese marco, pidió la colaboración de Néstor para intentar resolver el tema. Me lo contó, me acuerdo que me sorprendió el pedido, porque Santos venía siendo muy vinculado a Uribe, y a los sectores más duros de ese proceso.
Y la verdad que en ese momento, recordemos que Venezuela y Colombia estaban en una situación muy tensa, prácticamente iban a la guerra, se decían de todo, era una situación muy compleja. Es como si alguien me venía a decir: “Che, tenés que mediar en el conflicto árabe-israelí”, una cosa por el estilo.
Entonces se lo fui a contar a Néstor muy cuidadoso. “Che, están diciendo esto ¿qué te parece?”. Y apenas dije dos palabras, me dijo:“Obvio, sí, claro que sí. Armame la reunión, llama a tal y cual”. Y se puso a resolverlo.
Ahí la llamé a María Ángela, le dije que Néstor estaba dispuesto, y desde entonces no paró hasta resolverlo. Lo resolvió de una manera increíble. Porque vino Santos, que como gesto hizo su primera visita a la Argentina, cuando los presidentes colombianos hacían su primera visita a Washington. Su primera visita fue a América Latina y a Buenos Aires en particular. Me acuerdo que hicimos una cena en la casa del Embajador de Colombia, de ese entonces. Charlamos ahí, se fueron ellos dos a hablar. Inmediatamente uno notó cómo Santos estaba como fascinado por Néstor. Se encerraron, estuvieron charlando algunas cosas, y cuando salimos de esa reunión Néstor me dice:“Bueno, lo vamos a arreglar”. Así, como si yo digo “voy a salir y traigo un café”, con esa misma naturalidad que tenía para resolver las cosas más difíciles.
Y me acuerdo que discutió ahí con él los plazos, Santos pensaba:“En la asunción mía tenemos una reunión, después al mes se juntan los Cancilleres, a los tres meses con Chávez”. Néstor dijo: “No, yo me tomo un avión, lo voy a ver a Hugo antes de la asunción, al día siguiente voy para Colombia, y ahí arreglamos todo”. (Risas)
Armamos el viaje, nos fuimos a Caracas, al día siguiente estaba invitado Néstor a un acto importante de UNASUR y África. El día anterior nos juntamos con Chávez, estuvimos cenando en el Palacio Miraflores. Empezaron a hablar, y claro ahí la situación ya estaba mucho peor: ya había movimiento de tropas, una situación muy tensa. Chávez decía “bueno, vayamos viendo, veámoslo”, y Néstor “no, no ,no, lo resolvemos ya”. Chávez ni siquiera fue a la asunción de Santos, porque estaba prácticamente en guerra. Néstor consiguió que mandara a su Canciller, Nicolás Maduro, el actual vicepresidente, que fuera allí como un gesto. Fue un gesto fuerte, porque en ese momento Uribe -prácticamente en su despedida- anunció que estaban casi al punto de la guerra.
Néstor siguió, estuvimos en la asunción, al día siguiente se juntó con el Presidente electo Santos, empezaron a hablar, de dónde hacer la reunión, de hacerla la semana que viene. “Y no”, dijo Néstor, “yo no me voy hasta resolverlo”. (Risas). Entonces, al día siguiente, hablando telefónicamente con Hugo, Maduro se quedó ahí; forzó a que se juntaran los Cancilleres al día siguiente, María Angela era Canciller hacía un día. En la reunión, Néstor insistía en que “tenemos que resolverlo ya”. Sorpresa de ambos Cancilleres, fue llevando la cosa. Después era dónde lo hacemos, busquemos un lugar fuerte, que sea importante históricamente. “¿Y por qué no lo hacemos en Santa Marta?”. Se pusieron a cantar la canción de Santa Marta en la reunión. Maduro lo iba hablando telefónicamente con Hugo, “bueno, sí, yo iría pero cuándo, qué mes”. “No, pasado mañana”, le decía Néstor. Iba forzando la realidad hasta que logró juntarlos en Santa Marta, los juntó en una habitación de lo que fuera la Casa de Bolívar, ni más ni menos que un lugar de Colombia que era muy fuerte para ambos.
Una reunión durísima, imaginen cómo estaba la cosa, los acuerdos que logró cerrar y fuimos, ahí tengo la foto de ese saludo entre Chávez y Santos. Y se anunció ahí la paz entre Colombia y Venezuela. Se solucionó la cuestión de las fronteras entre ambos países, restauración del comercio, restauración de relaciones diplomáticas y políticas.
Fue así, esa era la magia de Néstor, hacía cosas imposibles, que todo el mundo creía que serían procesos que tardarían muchísimo, las resolvía con esa voluntad de forzar la realidad, forzar lo posible cuando era lo que correspondía o lo que era justo.
Me acuerdo que en Santa Marta había una humedad terrible, 45 grados de calor, todos sudábamos, obviamente los colombianos estaban de guayabera y los venezolanos con su camperita liviana. Y Néstor de traje y corbata, impecable, todos lo miraban con cara de locos. Termina eso, me acuerdo salimos con el cansancio, con los nervios de todos esos días, el calor. Llegamos al hotel, serían las 9 o las 10 de la noche, a un lugar que no habíamos estado nunca. Llegamos y abrimos las ventanas, vimos el mar, y uno decía bueno, vamos a descansar, vamos a festejar. Y Néstor dijo “no, tengo que volver a Buenos Aires, para estar con Cristina”. Y nosotros decíamos: “No, Néstor, por favor, quedémonos”, estábamos todos liquidados. “No, no, no, volvemos, que tengo que estar con Cristina”. Pum, tomamos el avión a la noche, y ya estábamos volando para acá.
Y llegó al día siguiente, habiendo resuelto un conflicto de esa naturaleza, y mostrándole al mundo algo que fue muy importante. Porque se hablaba que iba a intervenir la OEA, la ONU, todos los de afuera. Y lo habíamos resuelto entre nosotros, entre los latinoamericanos, y lo había resuelto él. Creo fue una clase de política en el sentido más alto del término, magistral. Y para los argentinos fue muy evidente.
Porque me acuerdo que mientras sabían que íbamos volando, cuando estábamos en Caracas o Bogotá, veíamos Clarín: “Fracasó”, “¿Por qué fracasó Néstor?”, ¿Por qué fracasó la mediación?”. Ponían esos grandes titulares y ahí estaba la foto, no, mostrando lo que era Néstor, esa magia que tenía de transformar la realidad. De hacerlo y conseguirlo.
APU: Uribe había dejado como un esquema armado, ¿no?
AM: Estaba prácticamente todo armado. Esa misma noche, me acuerdo, yo estaba desesperado porque Néstor iba a ir a la cena despedida de Uribe y las radios anunciaban que prácticamente había movimiento de tropas. Néstor había conseguido que estuviera el Canciller venezolano ahí mismo. Recordemos que en ese momento la Presidencia Pro Tempore de la UNASUR la tenía Rafael Correa, y Santos tenía pedido de captura en Ecuador. Si Santos iba a Ecuador quedaba arrestado, por lo que había sido el atentado contra las FARC en territorio ecuatoriano. La situación de Colombia era terrible, se entendía que era la cabecera de playa de los Estados Unidos en América Latina. Y en esa noche particular del cambio de mandato, uno veía que si Néstor no hubiera estado ahí eso hubiera terminado totalmente de otra manera.
APU: Eso nos interesaba porque generó el respeto por los distintos gobiernos y distintas ideologías. Cada Estado tiene su propia política, pero cuando se unen se respetan.
AM: Exactamente. Me acuerdo cuando fue el acto de asunción, que son cosas muy protocolares y muy formales. Cuando Santos agradece a los presidentes, y cuando termina con los presidentes dice: “Y al Presidente de la UNASUR”. Le inventó un cargo, porque Santos lo sentía así, lo puso como Presidente de la UNASUR. Y lo decía Santos, no lo decía Chávez, o Evo que siempre lo llamó así. Y permanentemente en las reuniones, cuando había alguna diferencia, todos se recostaban en él, unos y otros. Él generaba esa confianza, esa confianza en la política.
APU: El segundo tema que queríamos charlar, fue que sobre el final Néstor vivió muy intensamente lo que fue el asesinato de Mariano Ferreyra. ¿Qué recordás de ese momento?
AM: Fue un día terrible, teníamos un acto en Resistencia, Chaco. Que fue el último acto de Néstor, el último discurso que hizo precisamente ahí. Había sucedido todo, y nos subimos al avión. Ibamos con el “Chango” Icazuriaga, subimos al avión muy impactados. Néstor prácticamente no hablaba la primera parte del viaje, hasta que se soltó y empezó a decir:“Vamos a encontrarlos, vamos a encontrar a todos lo culpables, esto no va a terminar así, no pueden haber hecho esto”. En el acto hizo un discurso muy protocolar, y se acercó a los periodistas y fue cuando dijo “los culpables intelectuales y materiales van a pagar”. De ahí en adelante, eso fue el miércoles, el día siguiente cuando yo llego a Olivos estaba recibiendo a los que fueron los testigos del caso. Todo ese fin de semana las llamadas eran sobre ese tema, “ya los tenemos, ya sabemos quiénes son”. Fue muy fuerte para él. Por muchas cosas, que había un joven militante, porque era uno de los jóvenes que él veía que estaban volviendo a la política. Porque veía a alguien como su hijo, porque veía que era un asesinato a la política, al sentido de la militancia. Creo que sin dudas fue un impacto muy fuerte para él. Sufrió mucho, y la pasión que puso en resolverlo fue impecable, impecable.
APU: ¿El ritmo de Néstor siempre infernal, no?
AM: Infernal, infernal. Me acuerdo que cuando fue el problema de Correa estaba desesperado por ir para Quito. Estaba desesperado. “Me tomo el avión”. Yo estuve tres veces arriba del avión, esperando a que llegara. Pero claro, íbamos a ir y yo hablaba con el Canciller, no, con el Vice Canciller, porque el Canciller tampoco podía hablar, porque también lo tenían preso. Me decían “Juan Manuel ¿dónde va a bajar si todas las bases las tienen ellos?”. Le decía a Néstor que no teníamos aeropuerto, y él me decía que bajábamos en la frontera y nos tomábamos algo para llegar a Quito... Era eso, era imparable. Hasta que Cristina lo convenció, que era mejora traer a los Presidentes acá. Porque aparte él decía que iba con los otros Cancilleres, y le decían “¿Pero adonde vamos a bajar? Nos van a agarrar a nosotros también”. Eso era Néstor, no había nada de la realidad que pudiera forzarlo a cambiar lo que él entendía que era lo correcto.
APU: Distintos sectores que fueron parte del kirchnerismo, hoy quieren construir un relato de Néstor opuesto a Cristina. ¿Cómo ves eso?
AM: Es patético, es muy patético de parte de los de afuera; los que alguna vez fueron parte de esto y lo dicen también es cínico y mentiroso. Si algo se supo siempre es que Néstor y Cristina fueron, son y serán siempre lo mismo. Son un matrimonio político, una pareja militante que construye política en conjunto desde siempre. Son una unidad de acción y de concepción que uno la veía todo el tiempo. Eran charlas permanentes, estuviéramos donde estuviéramos. Estábamos cenando con Chávez, se iba y la llamaba por teléfono y volvía. Estuviéramos hablando de lo que sea, con intendentes, gobernadores o militantes en Olivos; y venía el discurso de Cristina, ponía el discurso y ponerse así a mirarla con una cara que mezclaba admiración y amor, que uno lo veía y era una cosa fuertísima. Cualquiera que pretenda decir algo distinto, es absolutamente cínico y falso



Nilda Garré: Nos deja un gran legado, el del militante inagotable, el de un hombre siempre lleno de recursos para seguir empujando un proyecto nacional y popular, un hombre valiente que asumió la presidencia, que no es nada fácil, de un país destruido. Un hombre con convicciones muy profundas que lo primero que hizo cuando entró a la presidencia fue prometer no abandonar sus convicciones. Para mí es un recuerdo emocionado el de Néstor que me inspira a seguir militando y además me exige seguir comprometiéndome.
APU: Hoy algunos se disputan el legado de Néstor. Algunos que estuvieron en el kirchnerismo y después se fueron tratan de disputarlo. ¿Cómo ve eso?
http://www.comunas24.com.ar/wp-content/uploads/2011/06/NILDA-1.jpgNG: Volveríamos a repetir lo que dijo alguna vez Perón, el legado es del Pueblo. La gente lo dijo claramente “Gracias Néstor”, recogió ese legado y dijo “Fuerza Cristina”, es la síntesis, la eligió el Pueblo, la gente.

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